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MES DE LA FAMILIA



En CEH hemos acostumbrados a tener un mes de la familia donde le damos prioridad al sistema familiar. Nosotros creemos en la gran influencia de la familia y es por eso que le dedicamos un mes completo al bienestar de este sistema familiar. Cada familia es diferente y cada familia es importante. Las familias están compuestas de diferentes maneras pero todas son valiosas en los ojos de Dios. Desde el principio, Dios instituyo el matrimonio como su plan divino del ser humano, que comenzó el concepto de la familia. Genesis 2:24 dice, “Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo” (NTV).


Las familias tienen una función central en el desarrollo del niño. Hay muchos estudios donde apuntan que cualquier trauma experimentado por los padres podrían afectar negativamente la habilidad de criar hijos y simultáneamente aumentar el riesgo de transmitir trauma a los hijos (Reese, et al., 2022). Son descubrimientos estremecedores, pero es la realidad en que vivimos. Y aparte, son las consecuencias naturales que pasan en las generaciones. Hay un estudio llamado Adverse Childhood Experiences (experiencias adversas en la niñez) conducido por la CDC hace más de 20 años. En este estudio encontraron el impacto de experiencias adversas en la niñez a lo cual afecta el resto de la vida. Experiencias adversas incluyen, pero no son limitados a: abuso de cualquier tipo, divorcio, violencia doméstica, problemas de salud mental, y un miembro de la familia muriendo por suicido. Lo que encontraron de este estudio fue que si alguien experimento más de cuatro de estas cosas, los más probable que iban a tener problemas con la ley, o problemas de instabilidad financiera, o problemas con relaciones íntimas, o problemas de salud. Lo más sorprendente de este estudio es que las personas con más experiencias adversas son más propensas en morir a corta edad.


Pero hay esperanza en Jesús. Lo he visto tiempo tras tiempo. Los que confían en Jesús no son agobiados por el pasado y pueden sanar más completo. Lo que tenemos que hacer como creyentes y como familias es darnos una autoevaluación y pedirle al Señor que nos enseñe donde tenemos que mejorar como familia. Podríamos empezar por revisar dos aspectos de la familia. Hay otros aspectos por supuesto, pero estos son claves.

  • El matrimonio- Para tener familias sanas, hay que tener matrimonios sanos. Como esta su relación con su cónyuge? Que tan buena es su comunicación? Que tan seguro se sienten uno con el otro?

  • La relación entre padre-hijo- Esta es la relación más importante para una persona en sus años de crecimiento. Su hijo(a) confía en usted? Si eres hijo(a) como esta tu relación con tu papa y mama? Padres, tienen sus expectativas claras para sus hijos(as)?

La familia es clave en el desarrollo del ser humano. Lo que pasa en casa afecta cada persona, la comunidad, y el mundo entero… si el mundo. Las familias cristianas somos la luz y la sal de la tierra. Como dice Jesús en el sermón del monte, “Ustedes son la sal de la tierra… ustedes son la luz del mundo (Mateo 5:13-14). Vamos si podemos!

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